Dr. Valluvan Jeevanandam, one of the best heart transplant surgeon in the Chicago area

El Dr. Valluvan Jeevanandam llevaba seis meses en su primer trabajo como cirujano cardiaco, hace casi tres décadas, cuando un paciente críticamente enfermo le suplico: Consígame hoy un trasplante de corazón, o yo voy a morirme.

Decidido a cumplir con el plazo, pero sin tener aún un órgano compatible con un hombre de 100 kilos, Jeevanandam hizo algo que se convertiría en su marca para el resto de su carrera: buscó una solución poco ortodoxa.

Típicamente, un corazón debe provenir de un donante que este dentro del 20 % del tamaño del paciente. En este caso, eso significaría que el donante tendría que tener entre 80 y 120 kilos. Pero eso no era los que estaba disponible.

“Encontramos un corazón compatible para casi todos los requisitos, pero pertenecía a un niño de 36 kilos” nos dijo Jeevanandam. “Entonces le pregunte al cardiólogo: ¿Cuán rápido crece un corazón?”.

El nunca dirá que no a menos que haya realmente agotado todas las opciones para salvar a alguien

Confidente de que la ciencia y sus destrezas estaban de su lado – y que tenía el consentimiento del paciente para hacerlo – Jeevanandam trasplantó el corazón del niño dentro del cuerpo del hombre. Al principio, el pequeño corazón se aceleró, fue incapaz de mantener las demandas del organismo ni producir suficiente energía para la circulación de la sangre.

Luego, después de una semana, el equipo a cargo pudo retirar al paciente del respirador. Después de seis semanas, el corazón había crecido hasta el tamaño normal de un adulto.

Con solo 32 años, Jeevanandam había realizado el primer trasplante  adulto exitoso en el mundo, usando un donante pediátrico de menor tamaño, procedimiento que inclusive hoy, no muchos cirujanos se atreverían a hacerlo.  Este fue el primer logro de una larga lista de records como cirujano cardiaco.

Ahora con 59 años, Jeevanandam es director del Centro Cardiovascular y jefe de Cirugía Cardiaca de University of Chicago Medicine, y más recientemente líder del equipo quirúrgico que realizó el primer doble triple trasplante de órganos en el mundo en dos pacientes de 29 años, ambos con fallas en sus corazones, hígados y riñones. En los 12 meses posteriores a ese evento histórico de Diciembre de 2018, el equipo realizó otros cuatros trasplantes mutiorganicos.

Bajo la dirección de Jeevanandam, UChicago Medicine ha realizado desde 1999 hasta hora, 10 de esos complejos trasplantes, más que ninguna otra institución.

Excelencia desde el principio

La innovación y el impulso que Jeevanandam ha llevado al quirófano durante los últimos 30 años tal vez estén en su ADN.

Su abuelo, a pesar de haber nacido pobre en una sociedad clasista, se convirtió en el más destacado de su pueblo después de construir un exitoso negocio que comenzó con distribución de productos en bicicleta. Su padre – un doctor que ayudo en India a desarrollar el programa de energía nuclear y contribuyó enormemente en el campo del metabolismo quirúrgico – solo pudo asistir a la universidad, después que un profesor pago su inscripción, los 10 $ eran demasiado dinero para que su familia pudiera pagarlo.

Incluso en sus primeros años, Jeevanandam estaba buscando las soluciones más eficientes y efectivas ante cualquier desafío.

Él pasó la primera década de la vida en Tuitcorin, en el extremo sur de India hasta que inmigró a New York City en 1970 junto a sus padres y a su hermana mayor. A la edad de 15 años, fue aceptado en Columbia University, donde se graduó de bioquímico con honores summa cum laude a los 19.

En la escuela de medicina de Columbia, mientras los otros estudiantes estudiaban muchas horas antes de los exámenes, Jeevanandam hizo algo más inteligente. Estudiaba en el transporte que lo llevaba en forma diaria desde la casa, con lo que tenía dos horas de preparación antes que empezaran las clases. El ganó el máximo premio en cirugía, medicina y fisiología durante su último año en la escuela de medicina. 

Un ser humano increíblemente especial, que es brillante, enérgico y compasivo

Su mentor en Columbia – donde él realizó su residencia y especialización – fue el Dr. Eric Rose, un grande en el campo de la cirugía cardiotorácica y el primer cirujano en realizar en forma exitosa un trasplante cardiaco pediátrico. Rose describió a Jeevanandam como “un curioso insaciable” y “un ser humano increíblemente especial, que es brillante, enérgico y compasivo”.

Tal vez sea esa curiosidad fue la que llevó a Jeevanandam a dejar New York a los 22 años para empezar su carrera en Temple University en Philadelphia, como director asociado del programa de trasplante cardiaco. El presuponía trabajar a la par del cirujano principal de Temple, pero ese plan se desvaneció cuando unos meses después que Jeevanandam tomara su cargo, el equipo médico de trasplante cardiaco completo, excepto el, se fue a otro hospital.

Promovido a director de programa, Jeevanandam se hizo cargo y prosperó, realizando ese año 52 trasplantes cardiacos, rompiendo el record anterior del hospital.

Inicialmente, el joven cirujano tenía dudas. Él lo llamo a Rose para pedirle consejo sobre si quedarse allí.

“Eric le dijo, “Te quedas y haces el trabajo” Y eso siempre ha sido mi lema” recordó él. “Yo quiero pensar fuera de la caja y hacer algo diferente. En vez de leer acerca de algo primero y luego hacerlo, yo prefiero crear algo y luego escribirlo para que otras personas lo lean y aprendan de allí”.

Ayudando a los indefensos

Cuando él tenía 8 años, Jeevanandam vió como su abuelo colapsaba por un infarto cardiaco masivo y moría frente a sus ojos. Desde allí, él se obsesionó en tratar de ayudar a otros evitar ese destino y se sintió atraído por el trasplante cardiaco debido al desafío intelectual y técnico.  

Él ha buscado incansablemente formas innovadoras de salvar vidas. Esto incluye perfeccionar la llamada cirugía cardiaca sin  pérdida de sangre, para los Testigos de Jehová, quienes no aceptan las transfusiones sanguíneas, y liderar investigaciones pioneras en dispositivos de asistencia mecánica para proveer un puente al trasplante o como solución a largo plazo para pacientes que no son candidatos al trasplante.

La enfermera Colleen LaBuhn, coordinadora del programa de cirugía cardiaca de UChicago Medicine, admira como Jeevanandam nunca se da por vencido con los pacientes, incluso los más graves, complicados o los que no tienen seguro.

“Él va a pelear por los pacientes que no tienen nada”, dijo ella, “Él se encarga  de ayudar a las personas que nadie más puede realmente ayudar”.

 Un corazón para devolver

Jeevanandam es uno de los últimos pioneros del trasplante cardiaco y de los dispositivos de asistencia mecánica que aún ejercen la medicina. Y para un hombre con muchisimos elogios, premios, publicaciones y records mundiales para contar, uno esperaría un ego acorde.

Sin embargo, la naturaleza misma del trasplante – la falta completa de control, inclusive cuando el procedimiento es realizado técnicamente perfecto – lo ha llevado a una devota espiritualidad.

“En mi fe, se nos enseña que el ego es el mayor problema del mundo”, dijo él. “Si tú piensas que es todo lo que estás haciendo, entonces eso se convierte en una barrera real.  No es al “Yo” sino al colectivo “Nosotros” a quien nos han confiado la vida de la persona.

La enfermera Leilani Miles, ha trabajado junto a él en el quirófano por más de 22 años en UChicago Medicine. Nos pide no cometer errores, dijo ella, Jeevanandam tiene grandes expectativas en su equipo.  Pero además los trata a ellos con el máximo respeto, reservando su duras críticas para sí mismo. Ella menciona la permanencia en el equipo de muchos colegas por más de 10 o 15 años, como testimonio de la cohesión y lealtad que se tienen entre ellos, con los pacientes y con Jeevanandam.

l va a pelear por los pacientes que no tienen nada

“Nosotros vemos un montón de pacientes de alto riesgo, personas que otros hospitales no lo recibirían”, dijo ella. “Pero Val esta siempre tranquilo, y eso marca el tono para el resto del equipo. El nunca dirá que no a menos que haya realmente agotado todas las opciones para salvar a alguien”.

Jeevanandam nunca olvido los 10 $ que su padre recibió y que cambió la historia de su familia.  Fuertes defensores de la educación como una manera de romper el ciclo de la pobreza, Jeevanandam y su familia crearon un fondo para apoyar a niños en India que tiene el sueño de asistir a la universidad, pero carecen de los recursos para hacerlo.  Actualmente, ellos apoyan a nueve estudiantes por año, y están viendo como expandirlo a más. Adicionalmente, él hace un viaje anual a Puttaparthi, su ciudad natal para realizar cirugías voluntarias, un compromiso que ha honrado durante los últimos 24 años.

Otro hito en la medicina

Jeevanandam nunca estará satisfecho bajando el ritmo o descansado en sus laureles, a pesar de ser el cirujano de trasplante cardiaco más experimentado del mundo que se acerca al final de su carrera. Cada año, el establece un objetivo aparentemente inalcanzable para él y su equipo con la clara intención de lograrlo.

Para 2020 él se ha propuesto conquistar una de las mayores barreras que aún presenta el trasplante: las tasas de rechazo de anticuerpos.

Algunas personas desarrollan anticuerpos que van a atacar los órganos del donante a tasas mucho más altas que la normal, limitando drásticamente el grupo de órganos disponibles y las posibilidades de éxito de los trasplantes. No existe un método confiable para disminuir los anticuerpos. Pero la investigación de Jeevanandam y su amplia experiencia con trasplantes multiorganicos le ha mostrado que la forma más efectiva que tiene el organismo de eliminar esos agentes es a través del hígado  - que actúa como una esponja – y que pertenece al mismo organismo que el corazón trasplantado.  

¿Qué tal si un paciente tiene un corazón que falla pero un hígado saludable? Jeevanandam y su equipo están trabajando en perfeccionar el trasplante “domino”, donde un paciente con una falla cardiaca recibiría tanto un corazón nuevo y un hígado nuevo, y podría donar el hígado sano a una persona diferente que tenga una falla hepática.

Todavía no lo han logrado, debido a  obstáculos políticos y técnicos por superar, pero su éxito podría significar un gran avance para salvar vidas en aquellos que previamente no tenían esperanza.

Eso podría ser la piedra angular de una ya espectacular carrera. Pero Jeevanandam no piensa eso. Él se ve a sí mismo  y a los que lo rodean como recipientes para un poder superior  para realizar un buen trabajo en la Tierra.

“Cada día, Yo hago todo lo que puedo, pero, en última instancia, la presión se apaga”, dijo él. “Si el cosmos quiere que suceda, sucederá”.